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Presentaciones

II Festival Miradas de Mujeres 2013. Natalia Latorremarzo 2013–junio 2013

Velo de sensualidad
Título

Velo de sensualidad

Número

1/20

Año

2011

Premio

Finalista Premio Openworkshop 2012 LucaGraphics

Velo de sensualidad II
Título

Velo de sensualidad II

Número

2/20

Año

2011

Técnica

Fotograbado

Premio

Finalista Premio Openworkshop 2012 LucaGraphics

Velo de sensualidad III
Título

Velo de sensualidad III

Número

1/20

Año

2011

Técnica

Fotograbado

Premio

Finalista Premio Openworkshop 2012 LucaGraphics

Velo de sensualidad IV
Título

Velo de sensualidad IV

Número

1/20

Año

2011

Técnica

Fotograbado

Premio

Finalista Premio Openworkshop 2012 LucaGraphics

Se-ducere. El álea
Título

Se-ducere. El álea

Número

P.A.

Año

2012

Técnica

Linograbado

Premio

Finalista XI Biennale Internazionale per l’incisione, Acqui Terme (Italia)

Se-ducere. El artificio
Título

Se-ducere. El artificio

Número

1/20

Año

2012

Técnica

Linograbado

Se-ducere. El momento
Título

Se-ducere. El momento

Número

1/20

Año

2013

Técnica

Linograbado

A los 20
Título

A los 20

Número

1/20

Año

2013

Técnica

Linograbado

Premio

Finalista Iberart 2013

A los 20.2
Título

A los 20.2

Número

P.A.

Año

2013

Técnica

Linograbado

Premio

Accésit. XX Premios Nacionales de Grabado Fundación MGEC Marbella

Palabras para Natalia

De cómo la mujer ha sido ninguneada en la Historia del Arte contamos con miles de documentos que lo ilustran y confirman adecuadamente. Ejemplos paradigmáticos de crueldad intolerable son los casos de Sophie Taeuber-Arp, que superó con creces la obra de su esposo Jean Arp; María Blanchard, en cuyos cuadros los marchantes sustituían su firma por la de Juan Gris con el obsceno fin de darles salida y encarecerlos; Gerda Taro, fotógrafa descomunal y compañera de Robert Capa, lo que a todas luces le desfavoreció; o Dora Maar, esclava de Picasso y modelo donde las haya del desprecio del arte y los hombres por las creadoras. Como vemos, detrás de cada ofensa a las mujeres artistas siempre hay uno o varios grandes hombres.

Por increíble que parezca, aun hoy en día podemos descubrir artistas que trabajaron o trabajan en los márgenes de la corriente principal, invisibles a los espectadores, la crítica y los anales. Queremos pensar que esta penosa situación evoluciona, lenta pero inexorablemente, hacia lo anecdótico, porque nuevas generaciones de mujeres dedicadas a la plástica luchan por encontrar su lugar en el mundo del arte.

Natalia Latorre es un buen ejemplo de esto último, pues con apenas veintidós años ha sido fue galardonada con premios tales como el Certamen de Arte Gráfico para Jóvenes Creadores de la Calcografía Nacional, el XII Certamen de Arte Gráfico de San Lorenzo de El Escorial, el XII Certamen de Grabado José Caballero y los XIX Premios Nacionales de Grabado de Marbella. Igualmente ha sido finalista en la III Bienal de Grabado de Valladolid, la XI Biennale Internazionale per l’incisione de Acqui Terme (Italia) y en la primera edición del Premio Openworkshop 2012 LucaGraphics.

Además de belleza plástica y originalidad, su obra desprende un profundo carácter femenino referenciado fundamentalmente en los trabajos textiles de Helen Smith, Magde Gill, Elisa Lemercier o Jeanne Tripier —todas ellas diagnosticadas como dementes—. Según nos desvela el crítico Ángel García González en su ensayo Pintar sin tener ni idea, …no cabe duda de que las agujas fueron las llaves con las que forzaron sus cadenas y emprendieron aquellas ‘cabalgadas de la imaginación’ de las que hablaba Flournoy”. Cabalgadas de la imaginación, cabalgadas de la creación. Natalia no crea desde la indiferencia sino desde la diferencia, y no es casual que sea en la galería de otra mujer, Yolanda Ochando Obra Gráfica, donde por primera vez en nuestra ciudad podamos ver su trabajo; allí encontramos los grabados cuyo empeño es simbolizar lo femenino y trascenderlo. A través de la observación de delicadísimas reproducciones de lencería y vestimenta, podemos coincidir con Dubuffet cuando al contemplar las obras textiles de su tiempo decía que “Uno piensa en tejidos hechos por pájaros.

Natalia Latorre construye iconos de nuestro tiempo redimensionando formas que seducen a nuestros ojos y nos hacen pensar más allá de sus aparentes significados. Además es tan joven… que se hace inevitable especular sobre su evolución, ¿hacia dónde nos llevará su obra cuando pase el tiempo? Un tiempo que está condenado a favorecer a las artistas en su lucha por la dignidad, por muy enconada que ésta sea.

Luis Ordóñez

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